Tu hijo se pasa el día conectado.
Cada vez te cuesta más conseguir que realice otro tipo de actividades.
El uso de los dispositivos se ha convertido en una fuente de discusiones y tensión.
Puede que hayas empezado a barajar la idea de que sufra algún tipo de adicción a Internet.
Si alguna vez has considerado esta posibilidad, no eres el único. Muchos padres de niños y adolescentes están cada vez más preocupados por el tiempo que sus hijos pasan en la Red. En el mundo actual, Internet juega un papel fundamental en la vida de los más jóvenes; les permite acceder a una ingente cantidad de información y les ofrece infinidad de oportunidades para mantenerse en contacto con sus amigos. Sin embargo, también puede llevar implícito el riesgo de abusar de esta herramienta y de desarrollar comportamientos cercanos a la adicción, especialmente en el caso de aquellos segmentos de población que son más vulnerables, como los más pequeños. Aunque el trastorno de adicción a Internet no es un diagnóstico clínico, el concepto ilustra la creciente preocupación que existe en torno a las consecuencias que puede tener el uso excesivo de Internet sobre el bienestar y el desarrollo de los niños.
¿Es Internet adictivo?
Aunque Internet en sí mismo no tiene por qué ser adictivo, hay ciertas actividades y funcionalidades digitales que sí pueden desencadenar este tipo de comportamientos. La naturaleza interactiva de la Red, su constante disponibilidad y la gratificación instantánea que ofrece contribuyen a su potencial adictivo. Algunos estudios sugieren que el abuso de Internet puede provocar cambios biológicos en el cerebro y crear un ciclo en el que se priorizan los estímulos placenteros por encima de aquellas sensaciones que generan malestar, al igual que ocurre en el caso de otras sustancias o comportamientos adictivos.
¿Existe realmente la adicción a Internet?
Cada vez son más los profesionales del ámbito de la medicina y la salud mental que dan la voz de alarma sobre el impacto que tiene este abuso en los niños y los adultos. El consenso generalizado es que algunos niños y adolescentes tienen una mayor tendencia a desarrollar comportamientos de tipo adictivo en relación al uso de Internet y de los medios digitales en general. Por ahora, sin embargo, no existe ninguna terminología ni diagnóstico específico «formal» para describir el problema.
Mucha gente recurre a términos como «trastorno de adicción a Internet», «uso problemático de los medios interactivos» o «adicción a los videojuegos» para describir este tipo de comportamientos preocupantes. Actualmente, sí que existe un diagnóstico clínico oficial denominado «adicción al juego online (IGD)» que comprende únicamente las conductas adictivas relacionadas con los juegos.
Cuando tanto padres como profesionales expresan su inquietud respecto a estos comportamientos asociados a Internet que parecen adictivos, por lo general nos referimos a una serie de actitudes caracterizadas por una preocupación excesiva y compulsiva hacia las actividades digitales que afecta negativamente al funcionamiento diario de los niños. Por ejemplo, es posible que tengan la sensación de que han perdido el control sobre sus hábitos digitales, que muestren síntomas de abstinencia cuando no pueden conectarse, que eviten las amistades y las actividades en el mundo real y que sufran otro tipo de consecuencias negativas en otros aspectos de su vida cotidiana.
¿Hasta qué punto son frecuentes los casos de adicción a Internet?
La incidencia de la adicción a Internet en los niños varía entre estudios, por lo que resulta difícil determinar una cifra exacta. Sin embargo, algunas investigaciones recientes indican que se trata de un problema importante que afecta a una considerable cantidad de niños y adolescentes.
Los datos muestran que el porcentaje de población que sufre algún trastorno de adicción a Internet puede variar entre menos del 1% y más del 25%, dependiendo de la ubicación geográfica, la edad y la forma en la que se definen los síntomas. Es posible que el número de casos sea mayor entre los adolescentes, ya que todavía no han terminado de desarrollarse y tienen una mayor tendencia a adoptar comportamientos adictivos y a sufrir cambios cerebrales.
¿Qué síntomas produce la adicción a Internet en los niños?
Reconocer los síntomas de estas conductas que rozan lo adictivo en los jóvenes es fundamental, ya que permite a los padres y a otras personas de su entorno ofrecerles el apoyo que necesitan y abordar el problema de forma efectiva antes de que se agrave. Estas son algunas de las principales señales ante las que debes estar atento:
1. Tu hijo muestra una preocupación excesiva por el uso de Internet.
Esta obsesión puede llevarle a pensar constantemente en conectarse (o a hablar continuamente de hacerlo), a impacientarse o alterarse cuando no puede acceder a Internet o a dar prioridad a las actividades digitales por encima de otras obligaciones.
2. Evita tareas y responsabilidades en el mundo real.
Es posible que su rendimiento académico empeore, que empiece a descuidar las tareas domésticas o que abandone actividades y aficiones de las que antes solía disfrutar. Los niños que desarrollan esta clase de adicciones anteponen su mundo digital a todo lo demás, lo que hace que otros aspectos de su vida se resientan. Muchas veces, los adultos de su entorno tienen problemas para conseguir que realicen otro tipo de actividades.
3. Sufre algún tipo de síndrome de abstinencia.
Si tu hijo sufre episodios de extrema irritabilidad, nerviosismo, cambios de humor o ansiedad cuando no está conectado a Internet, puede ser un indicio de adicción. Ten en cuenta que la mayoría de los niños muestran estos rasgos en cierta medida, pero si se agravan o se vuelven crónicos, pueden ser un síntoma de que existe un problema.
4. Dedica cada vez más tiempo a Internet.
El hecho de que nuestros hijos pasen cada vez más tiempo conectados y sobrepasen con frecuencia los límites que consideramos normales o saludables puede ser una señal de que han desarrollado algún tipo de adicción. Normalmente, los niños que presentan esta dependencia evitan o se muestran cada vez más reticentes a participar en actividades que no implican el uso de la tecnología.
5. Ha cambiado radicalmente sus hábitos de higiene y su comportamiento cotidiano.
Es posible que haya empezado a robarle cada vez más horas al sueño como consecuencia del tiempo que pasa en Internet. Asimismo, puede que también hayas observado cambios en su apetito o sus hábitos alimentarios, que esté descuidando su higiene o que intente evitar otros hábitos cotidianos importantes para su salud o su cuidado personal.
Cómo combatir la adicción a Internet
La mejor forma de abordar esta dependencia es adoptar un enfoque integral que involucre a los padres, a los educadores y a los profesionales de la salud mental. A continuación, encontrarás algunas estrategias muy efectivas para ayudar a los niños que sufren este tipo de trastorno:
1. Establece unos límites claros.
Acuerda con tu hijo unas normas claras en lo referente al uso de Internet; por ejemplo, puedes establecer un horario concreto para las actividades digitales y limitar el acceso a determinados sitios web o aplicaciones. Fija una serie de expectativas y trabaja con él para asegurarte de que tiene la oportunidad de realizar distintas actividades en el mundo real todos los días.
2. Fomenta una buena comunicación en casa.
Crea un entorno seguro y agradable en el que tu hijo pueda hablar abiertamente de lo que hace en Internet y de cualquier problema al que tenga que enfrentarse. Habla con él de lo que significa utilizar la Red de forma responsable y de las consecuencias que puede conllevar el abuso de la tecnología. Mantén un enfoque basado en la escucha activa y la comprensión en lugar de en la crítica o el castigo.
3. Ofrécele otro tipo de actividades.
Ayúdale a descubrir nuevas aficiones e intereses que puedan atraer su atención y que le permitan sentirse realizado. Anímale a practicar algún deporte, a llevar a cabo actividades creativas y a relacionarse con otros niños como una alternativa de ocio saludable al mundo digital. Intenta acompañarle en estas ocasiones para proporcionarle la estructura y el apoyo que necesita. Asimismo, también puede ser beneficioso que participe en alguna actividad grupal.
4. Limita el acceso a los dispositivos.
Acordad a qué horas del día podrá utilizar los dispositivos digitales y las aplicaciones y asegúrate de que respeta este horario, sobre todo en los momentos que habéis reservado para otras actividades. Mantén los smartphones y las tabletas fuera de su dormitorio para reducir el uso de Internet por la noche y ayudarle a desarrollar unos hábitos de sueño saludables. Utilizar alguna herramienta de control parental como Qustodio es la mejor forma de ayudarle a interiorizar estos límites, y te facilitará mucho las cosas a la hora de aplicarlos.
5. Busca ayuda profesional.
Si los síntomas relacionados con la adicción a Internet persisten o empeoran, mi recomendación es que consideres la posibilidad de acudir a un profesional de la salud mental especializado en tratar este tipo de comportamientos en los más pequeños. Estos especialistas pueden ofreceros a ti y a tu hijo estrategias personalizadas e intervenciones terapéuticas que le ayudarán a reducir los síntomas y a recuperar el bienestar.
El aumento de los casos de adicción a Internet entre los niños es un problema que no podemos ignorar y que requiere la adopción de medidas proactivas. Si tomamos conciencia del potencial adictivo de Internet, aprendemos a reconocer los síntomas de esta adicción y ponemos en práctica algunas estrategias de prevención, podremos ofrecer a nuestros hijos las herramientas que necesitan para desarrollar una relación más sana con la tecnología.
En este sentido, establecer unos límites claros, mantener una buena comunicación con ellos y centrarnos en ofrecerles actividades alternativas es fundamental para crear un entorno equilibrado que les permita aprovechar las ventajas de Internet y al mismo tiempo reducir el riesgo de que desarrollen algún tipo de adicción.