Emily Lawrenson
Redactora Qustodio
1. Reserva tiempo para realizar actividades que no requieran el uso de la tecnología.
2. Elabora un horario para las clases y elige los momentos en los que podrá utilizar las pantallas.
Otro de los aspectos que debes tener en cuenta es que nuestros hijos pasan cada vez más tiempo delante de la pantalla en el colegio, y es importante que les enseñemos a cambiar de hábitos cuando llegan a casa. Establece unos horarios de descanso durante las sesiones de estudio online para que tu hijo tenga la oportunidad de desconectar periódicamente; de esta forma, le resultará más fácil mantener el interés y la concentración. Utilizar una herramienta de control parental como Qustodio puede ayudarte a configurar todos sus dispositivos para que realice pausas regulares sin tener que estar pendiente del reloj ni de cuánto tiempo utiliza en total cada dispositivo.
3. Ayúdale a desconectar de la tecnología y elimina las distracciones.
Si has observado que se distrae con facilidad, una de las posibles causas puede ser el aburrimiento. Si este es su caso, una buena forma de mejorar su concentración puede ser permitir que se tome un pequeño descanso antes de seguir estudiando. Otra de las razones que puede provocar que se distraiga es que la tarea que está realizando le resulta demasiado complicada. Ayudarle a planificar paso a paso el trabajo que debe realizar online o a descomponer los proyectos en actividades más pequeñas y manejables puede contribuir a evitar que se sienta tan estresado.
4. Establece unos objetivos claros
Intenta no establecer un objetivo demasiado ambicioso. Es mejor que os centréis en algo práctico, factible y específico. Los objetivos excesivamente vagos, como «Estudiar más», no se pueden medir ni gestionar: ¿qué significa exactamente «más» para ti o para él? Elegid una meta del tipo «Estudiar 30 minutos cada día» o algo similar que le resulte más manejable y más sencillo de alcanzar.
5. Ayúdale a mantener la motivación.
Aunque no todos los niños encuentran la motivación de la misma forma, a continuación encontrarás algunas ideas que puedes probar en este sentido:
- Déjale tomar la iniciativa y seleccionar las actividades de aprendizaje a las que quiere dedicar su tiempo. Si te preocupa que elija únicamente temas con los que ya está familiarizado, puedes probar a prepararle una pequeña lista de actividades o aplicaciones; de esta forma tú podrás realizar la selección inicial, y él sentirá que tiene la última palabra al respecto.
- Evita criticarle o castigarle cuando muestre un comportamiento negativo e incluso recompensarle cuando realice acciones positivas. Si le ofreces 15 minutos más para jugar a cambio de concentrarse durante una sesión de estudio, o le prohíbes utilizar la consola o el ordenador por no haber terminado una tarea, estarás controlando su comportamiento en vez de su motivación. Realiza comentarios constructivos que contribuyan a reforzar su autonomía y le ayuden a sentirse más motivado para comportarse de forma diferente la próxima vez.
- Céntrate en el aprendizaje, no en los resultados. El aprendizaje es fundamental para que tu hijo desarrolle nuevas habilidades, y la satisfacción y la sensación de realización personal que obtiene cuando finalmente logra dominarlas pueden ser una excelente motivación para seguir aprendiendo. Recuerda que los errores también forman parte del proceso.
- Anímale a mantener una comunicación abierta y sincera. Asegúrate de que comprenda que puede hablar contigo de lo que le gusta hacer y lo que no, incluidas las cosas que le parecen difíciles y las que le hacen sentirse orgulloso. A veces, lo único que tu hijo necesita para ayudarle a superar las dificultades es que valides sus sentimientos o le escuches.