Dra. Nicole Beurkens
Psicóloga infantil
En una época en la que prácticamente casi todos viajamos con un teléfono en el bolsillo, la popularidad de los videojuegos se ha disparado. Muchas personas, especialmente niños y adolescentes, encuentran en ellos un pasatiempo para distraerse y compartir tiempo con los amigos. Sin embargo, ¿sabías que alrededor del 2% de los niños y los adolescentes son adictos a ellos? En el caso de algunos niños, esta afición puede dejar de ser un simple medio de entretenimiento para convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Como padres, es importante reconocer y aprender a tratar la adicción a los videojuegos para poder ayudar a nuestros hijos a desarrollar unos hábitos tecnológicos saludables durante la infancia.
¿Qué es la adicción a los videojuegos?
La adicción a los videojuegos, también denominada adicción al juego online (o IGD, por sus siglas en inglés), se caracteriza porque las personas que la sufren son capaces de pasarse un mínimo de entre 8 y 10 horas al día jugando a los videojuegos. Se trata de pacientes que utilizan este medio de entretenimiento como una válvula de escape para evadirse de los problemas de la vida real o las tareas desagradables, y que pueden llegar a descuidar sus responsabilidades y sus relaciones interpersonales. Los niños y los adolescentes que sufren IGD suelen dedicarse a jugar a los videojuegos en lugar de hacer los deberes o las tareas domésticas o pasar tiempo con sus amigos. Esta dependencia puede acabar generándoles todo tipo de problemas académicos, sociales o de desarrollo.
¿Cuáles son los factores de riesgo asociados a la adicción a los videojuegos?
Existen un gran número de factores de riesgo asociados a la adicción a los videojuegos, sobre todo en el caso de los niños y los adolescentes. Algunos factores de riesgo mentales y circunstancias vitales pueden contribuir al desarrollo de este trastorno. Estos son algunos de los más importantes a los que debes permanecer atento:
1. La edad
La IGD aparece con mucha más frecuencia en niños y adolescentes porque están expuestos a los videojuegos a una edad muy temprana en las que su cerebro todavía no ha terminado de desarrollarse. A los niños les cuesta más gestionar las situaciones y los sentimientos incómodos que a los adultos, por lo que a veces utilizan los videojuegos como una válvula de escape.
2. La situación familiar
Los niños que tienen una mala relación con sus padres también tienen más probabilidades de desarrollar IGD. Estas relaciones pueden provocar que los progenitores sean más permisivos a la hora de supervisar el uso de los dispositivos electrónicos, lo que puede acabar convirtiéndose en una razón más para que los niños abusen de los videojuegos.
3. La salud mental
Los estudios demuestran que los niños con TDAH y síntomas de depresión tienen también una mayor tendencia a desarrollar adicción a los videojuegos. Los trastornos de este tipo pueden hacer que los niños se sientan aislados de sus compañeros y afectar a las rutas de recompensa del cerebro, lo que a su vez provoca que dediquen más tiempo a este medio de entretenimiento.
4. El tiempo que dedican a los videojuegos
Está demostrado que los niños que pasan más de 240 minutos al día jugando a los videojuegos presentan un riesgo mucho mayor de desarrollar esta adicción. En algunos casos, cuanto más tiempo pasan jugando, más quieren jugar, sobre todo debido a la propia naturaleza de muchos de los juegos online multijugador, los cuales suelen recompensar a los jugadores por este hábito.
5. Las habilidades sociales
Los niños que no han desarrollado correctamente sus habilidades sociales también pueden recurrir a los videojuegos como alternativa a interactuar con otras personas en la vida real. Los niños a los que les cuesta hacer amigos o participar en actividades con otros niños pueden utilizar los videojuegos como un espacio para interactuar socialmente con los demás sin tener que realizar el esfuerzo que suelen requerir los encuentros cara a cara.
¿Cuáles son las señales de alarma de la adicción a los videojuegos?
Conocer los factores de riesgo es un gran paso a la hora de detectar si tu hijo está desarrollando una adicción a los videojuegos. Si observas que tiene problemas académicos o que sus notas han bajado y no parece haber ninguna otra causa, deberías plantearte la posibilidad de empezar a controlar el tiempo que pasa al día delante de la pantalla. Supervisar el uso que hacen los niños de la tecnología a lo largo del día es una buena forma de tratar la adicción a los videojuegos, pero esta opción no siempre es factible para las familias.
En lugar de eso, nuestra recomendación es que utilices una herramienta de control parental como Qustodio para saber exactamente cuánto tiempo dedica a los dispositivos electrónicos. Este tipo de herramientas son una forma sencilla y efectiva de establecer límites de tiempo para evitar que los niños abusen de los videojuegos. Además, es posible que hayas notado que tu hijo se muestra malhumorado o tiene rabietas cuando se ve obligado a dejar de jugar. Si ese es el caso, es otro síntoma importante de que usa los videojuegos como una válvula de escape para evitar afrontar sus problemas en el mundo real.
¿Cómo puedes prevenir la adicción a los videojuegos?
Independientemente de si sospechas que tu hijo puede estar desarrollando una adicción a los videojuegos, hay algunas medidas que todos los padres deberíamos tomar cuando nuestros hijos llegan a esa edad en la que pueden empezar a usar los dispositivos electrónicos de forma habitual. Lo fundamental en primer lugar es decidir cuáles son nuestras expectativas y comunicárselas con claridad.
Alcanzar un acuerdo respecto a los horarios y los lugares en los que va a poder utilizar la tecnología es una buena forma de fomentar hábitos digitales saludables en casa y de ayudarle a desarrollar algunas habilidades importantes relacionadas con la toma de decisiones. Asimismo, puedes utilizar alguna aplicación como Qustodio para asegurarte de que respeta lo que habéis acordado, protegerle del contenido perjudicial al que está expuesto en Internet y ayudarle a establecer unos límites de tiempo que te permitan garantizar su correcto desarrollo.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo si es adicto a los videojuegos?
Si has determinado que tu hijo tiene un serio problema con los videojuegos, lo principal es conseguir que reconozca que necesita tu apoyo y tu ayuda, y que es probable que haya un problema subyacente más grave detrás su adicción. Como padres, buena parte de nuestro trabajo consiste en preparar a nuestros hijos para enfrentarse al mundo real, y este problema puede convertirse en una lección muy valiosa en este sentido. Trabaja con él para ayudarle a desarrollar estrategias saludables que le permitan gestionar los problemas a los que se enfrenta y asegúrate de que comprenda cuáles son los riesgos de recurrir a actividades peligrosas para evadirse de la realidad.
Como decíamos anteriormente, las herramientas de control parental pueden ser muy útiles a la hora de tratar la adicción a los videojuegos. Intenta avanzar poco a poco para reducir progresivamente las horas diarias que pasa jugando hasta volver a unos niveles normales, y lo más probable es que se dé cuenta de que se siente mucho mejor después de afrontar sus problemas y encontrar actividades de ocio alternativas que realizar durante el día.
La adicción a los videojuegos puede convertirse en un problema muy grave para los niños y los adolescentes que puede terminar afectando a su calidad de vida. Los niños adictos a los videojuegos pueden presentar problemas académicos, sufrir aislamiento social y desarrollar trastornos relacionales. Si no se aborda a tiempo, la IGD puede tener graves consecuencias sobre el desarrollo de los más pequeños y aumentar las probabilidades de que sufran otro tipo de adicciones en el futuro.