La rutina es un elemento fundamental para el bienestar de los niños y los adolescentes. Estructurar claramente su día —desde el momento en que empiezan a prepararse para ir al colegio hasta que llega la hora de ponerse el pijama— no solo facilita las cosas y evita las discusiones, sino que también favorece su desarrollo. A esto hay que añadirle los efectos positivos que tiene sobre nuestras relaciones familiares y nuestros niveles de estrés. Pero ¿cómo podemos crear una rutina que se adapte a todos los miembros de la familia, y por qué es tan importante hacerlo exactamente? Veámoslo.
¿Por qué es importante disponer de una rutina familiar?
Aunque puede que tendáis a seguir algún tipo de rutina en vuestro día a día de forma natural, es posible que elaborar un plan detallado os parezca algo excesivo al principio. No obstante, infinidad de estudios han demostrado que establecer unas rutinas diarias bien definidas tiene una amplia variedad de beneficios para los niños:
Favorece su desarrollo lingüístico y social
Planificar tu día te permitirá reservar tiempo para estar con tus hijos sin la distracción que suponen las pantallas, incluso aunque sea solo durante la cena. Este tiempo constituye una oportunidad perfecta para que los más pequeños desarrollen sus habilidades lingüísticas, ya sea contándote lo que han hecho durante el día u observando y familiarizándose con las normas básicas de cortesía.
Aumenta el rendimiento académico
El simple hecho de disponer de una rutina en primer lugar, independientemente de cómo sea, ya contribuye en cierta medida a mejorar el rendimiento académico de tus hijos. La explicación es que disfrutar de una vida familiar organizada permite que los niños se adapten mejor a la estructura de la jornada escolar. Además, las rutinas también les proporcionan una mayor sensación de control sobre su tiempo, lo que a su vez les permitirá ir desarrollando progresivamente su autonomía a medida que pasen de curso.
Refuerza su sensación de seguridad
Imagina que fueras todo el día de un lado para otro recibiendo órdenes sin saber por qué ni qué pasará después. Suena estresante, ¿verdad? Pues así es como se sienten nuestros hijos a veces. Tener unas expectativas claras sobre lo que tendrán que hacer al día siguiente contribuye a que los niños de todas las edades se sientan tranquilos, seguros y protegidos.
Fortalece los lazos familiares
Contar con una buena rutina ofrece a tu familia la oportunidad de compartir tiempo juntos con regularidad. Ya sea a la hora de las comidas o durante las noches de juego en familia, estos momentos generan un ambiente propicio para fortalecer los vínculos afectivos y crear un sentimiento de equipo.
Les permite alcanzar un equilibrio más saludable entre el mundo real y el digital
Nuestros hijos pasan una media de cuatro horas diarias delante de la pantalla —eso sin tener en cuenta el tiempo que utilizan este tipo de dispositivos en el colegio—. Tanto ellos como nosotros tendemos a recurrir a la tecnología para llenar los tiempos muertos, y muchas veces lo único que conseguimos es quedar atrapados en una espiral interminable de vídeos de TikTok. Establecer una rutina sólida puede ayudarles a evitar estos comportamientos adictivos, y es una buena forma de asegurarte de que hacen un uso positivo y productivo de las pantallas.
Reduce nuestros niveles de estrés
Como padres, nos vemos obligados a compaginar un montón de cosas: la casa, el trabajo, nuestra vida social, la vida social de nuestros hijos… Las tareas se nos acumulan antes de que nos demos cuenta, y tener que tomar decisiones a todas horas no hace sino aumentar el estrés. La falta de estructura también crea más oportunidades para que nuestros hijos empiecen a poner a prueba los límites, ya sea porque quieren ver un poco más la televisión o para jugar un rato con la tableta. Fijar unas normas claras sobre lo que pueden hacer en cada momento no solo te ayudará a tener una mayor sensación de organización, sino que evitará estas situaciones que suelen ser un caldo de cultivo para las discusiones.
Cómo crear una rutina familiar
Cuando te sientas por primera vez a crear una rutina definida, puede parecerte una tarea titánica. Sin embargo, ¡ nada más lejos de la realidad! Lo único que necesitas para ponerte manos a la obra es seguir unos sencillos pasos. Y recuerda que puedes adaptar tu plan sobre la marcha en cualquier momento para asegurarte de que realmente responde a vuestras necesidades.
1. Empieza por esbozar las líneas generales.
En primer lugar, haz una lista de los tramos horarios más importantes de vuestro día. Puedes incluir actividades como prepararse para ir al colegio, hacer los deberes, cenar y cepillarse los dientes antes de acostarse.
2. Añade todos los detalles necesarios.
A continuación, es el momento de pasar a un plano más específico. ¿Qué tareas necesita (o desea) completar tu familia en cada tramo del día? Por ejemplo, vuestra rutina antes de acostaros puede incluir lavaros los dientes, tomar un baño o una ducha y disfrutar de un rato de lectura. Elabora una lista y anota el tiempo aproximado que puede costaros llevar a cabo cada paso. También puedes aprovechar para establecer en qué momentos podréis utilizar los dispositivos electrónicos y cuáles vais a reservar para desconectar. Nuestros acuerdos digitales imprimibles pueden resultarte muy útiles a la hora de orientar vuestra conversación.
3. Planifica vuestro día.
Agrega a tu plan todas las actividades diarias y sus respectivas duraciones. Ahora puedes calcular la hora aproximada a la que debéis realizar cada tarea para poder completar todas.
4. Pide opinión al resto de la familia.
Por último, asegúrate de que todos los miembros de la familia aprueban tu plan. Comprueba que no has olvidado ninguna actividad y que todos los horarios son coherentes. Una vez que os hayáis puesto de acuerdo, ayúdales a memorizar sus respectivas rutinas. Los niños pequeños necesitarán más ayuda en este aspecto. Recuerda que se trata de un esquema para vuestro día a día; ¡no pasa nada si hay algún cambio de planes en el último momento!
Cómo pueden ayudarte los controles parentales
Es muy probable que necesites adaptar las normas sobre el uso de los dispositivos electrónicos a las diferentes circunstancias que conforman vuestra rutina diaria. Por ejemplo, puede que prefieras bloquear totalmente el acceso a ellos durante las comidas y permitir que tus hijos visiten sitios web educativos mientras hacen los deberes. Utilizar controles parentales, y en concreto la función Rutinas de Qustodio, puede facilitarte mucho las cosas en este sentido. Puedes programar diferentes reglas para gestionar el uso de la tecnología durante el día en función de vuestra rutina familiar. Además, incluye 4 conjuntos de reglas predefinidos para simplificar al máximo la configuración. Puedes:
Programar una hora específica para hacer los deberes
El ajuste predefinido Estudio está diseñado para permitir a tus hijos acceder a los recursos educativos, y al mismo tiempo bloquear cualquier aplicación o sitio web que pueda convertirse en una distracción para ellos, como los juegos en línea. Aunque nuestra recomendación es que actives esta rutina durante la jornada escolar, puedes ampliarla para incluir también la hora de hacer los deberes.
Ofrecer a tus hijos un poco más de flexibilidad durante su tiempo libre
Utiliza el ajuste predefinido Entretenimiento cuando desees dar a tus hijos un poco más de libertad para jugar en sus dispositivos, por ejemplo como parte de vuestra rutina después de clase. Este ajuste bloquea el contenido peligroso, pero permite usar los juegos y las aplicaciones de entretenimiento.
Ayudarles a concentrarse
El ajuste predefinido Concentración bloquea la conexión a Internet en los dispositivos de tus hijos para que puedan concentrarse en las actividades del mundo real. Te recomendamos que pruebes este ajuste para ayudar a tus hijos a disfrutar al máximo de sus aficiones analógicas.
Reducir el uso de los dispositivos electrónicos antes de que se acuesten
Establecer unos hábitos de sueño saludables tiene efectos beneficiosos sobre numerosos aspectos de la vida de los más pequeños, desde su estado de ánimo y su rendimiento académico a su salud física. La ciencia ha demostrado una y otra vez que utilizar dispositivos por la noche provoca alteraciones del sueño. El ajuste predefinido Descanso bloquea totalmente los dispositivos para ayudar a tus hijos a desconectar y a descansar correctamente.
Activar cualquiera de estos ajustes predefinidos es muy fácil con Qustodio: solo tienes que iniciar sesión, ir a la sección Rutinas, seleccionar la opción Añadir una rutina y elegir el ajuste que desees. La práctica vista en forma de calendario te permite realizar fácilmente un seguimiento de todas las actividades y sus respectivos horarios.
En definitiva, dedicar algo de tiempo a reflexionar sobre lo que queréis conseguir con vuestras tareas diarias y anotar vuestras rutinas, combinado con las herramientas de Qustodio, os ayudará a ti y a tus hijos a reducir el estrés, reforzar vuestros vínculos afectivos y disfrutar de una base más sólida que os permita seguir aprendiendo y creciendo como personas.