Emily Lawrenson
Redactora Qustodio
A medida que el mundo digital continúa su avance a un ritmo aparentemente imparable, nuestros hijos tienen acceso a Internet y a las redes sociales a una edad cada vez más temprana. Aunque la red puede convertirse en una fuente inagotable de entretenimiento, información y conocimientos para ellos, también tiene muchas desventajas, como el continuo aumento de la violencia a través de Internet (también denominada ciberacoso).
Como padre, observar el comportamiento de tu hijo en la red y en el mundo real puede ser fundamental para evitar este tipo de violencia. Estar atento a la aparición de las siguientes señales de alarma puede ayudarte a detectar los síntomas del ciberacoso en tu hijo y a ofrecerle la ayuda que necesita.
8 síntomas de que tu hijo está sufriendo ciberacoso
1. No quiere ir al colegio
En la mayoría de los casos de ciberacoso, los acosadores conocen a la víctima en persona, lo que significa que es muy probable que sean alumnos del colegio de tu hijo. Si falta a clase con frecuencia o finge estar enfermo, es posible que esté intentando evitar encontrarse cara a cara con ellos.
2. Ha perdido el interés en la tecnología
Presta atención al modo en que tu hijo utiliza la tecnología, como los móviles, los ordenadores y los videojuegos online. Si antes le encantaba utilizarla y ahora ha perdido interés en los dispositivos electrónicos, ha dejado de utilizarlos o muestra síntomas de ansiedad cuando recibe notificaciones, es posible que haya una razón detrás de este repentino cambio de comportamiento.
3. Se muestra enfadado, irritable o frustrado después de conectarse a Internet
¿Alguna vez le has visto cerrar de golpe la tapa del portátil o tirar el móvil al suelo? ¿Se ha puesto a gritar o se ha comportado de forma verbalmente agresiva mientras utilizaba alguno de sus dispositivos? Aunque los ataques de rabia o ira pueden deberse a varias razones (como haber perdido una partida a un videojuego o enfadarse por algo que ha dicho un amigo), también pueden ser una reacción a la violencia digital.
4. Detectas cambios en sus hábitos de sueño
El sueño y las emociones están estrechamente vinculados y, si tu hijo está preocupado, enfadado o incluso deprimido debido al ciberacoso, puede que lo somatice a través de un cambio en sus hábitos de sueño. Es posible que tenga dificultades para conciliar el sueño, que se despierte a mitad de noche o que se sienta cada vez más soñoliento durante el día.
5. Detectas cambios en sus hábitos alimentarios
Al igual que en el caso del sueño, los sentimientos y las reacciones de tu hijo ante el ciberacoso pueden afectar a su apetito. Asimismo, es posible que gane o pierda peso sin razón aparente, o que sufra síntomas físicos como dolor de estómago o dolor de cabeza con más frecuencia.
6. Quiere pasar más tiempo contigo que con sus compañeros
No nos malinterpretes: nos parece genial que tu hijo quiera compartir tiempo contigo, pero el hecho de que suela distanciarse de sus amigos o de otros niños de su edad puede ser un síntoma de acoso o de ciberacoso. También es posible que haya empezado a pasar tiempo con un nuevo grupo de amigos, que se haya vuelto retraído o que evite la compañía de sus compañeros, sus familiares o sus amigos.
7. Se ha vuelto cada vez más reservado
Es posible que tu hijo se sienta avergonzado o que tenga miedo de contarle a alguien lo que pasa, sobre todo a sus padres, y su reacción ante este sentimiento puede ser ocultar el problema o incluso mentir sobre su comportamiento. También es posible que cierre las pestañas o las ventanas cuando entras a la habitación, o que esconda el móvil cuando estás cerca. Si crees que tu hijo puede estar ocultándote algo, sobre todo en relación con su actividad digital, puede ser una señal de alarma.
8. Tiene problemas de autoestima
Si tu hijo suele hacer comentarios críticos hacia sí mismo, puede ser una señal de que su autoestima se está viendo afectada por la violencia que sufre en el mundo real o en el digital. Los comentarios del tipo «es culpa mía», «nunca hago nada bien», «no le caigo bien a nadie», «estoy gordo» o «soy feo» pueden indicar que tu hijo sufre un problema de autoestima. También es posible que dé demasiada importancia a las opiniones de otras personas o que reaccione de forma exagerada ante comentarios aparentemente inocuos.
Evidentemente, cada niño es un mundo, y si tu hijo está siendo víctima de ciberacoso, puede que muestre todos estos síntomas o ninguno de ellos. Nadie puede juzgar mejor que tú su comportamiento diario, de modo que, si crees que algo va mal, continúa observando su conducta para ver si presenta alguno de los síntomas del ciberacoso y anímale a que se abra a ti.
Cómo ayudar a tu hijo si crees que está siendo víctima de ciberacoso
Aunque es posible que tu hijo no quiera abrirse a ti como padre, es importante que comprenda que puede contar contigo y que vas a apoyarle pase lo que pase.
- Asegúrate de que tu hijo entienda que puede acudir a ti en cualquier momento sin sentirse juzgado. Compartir un problema forma parte de la solución.
- Escucha a tu hijo sin intentar resolver el problema. Si sobrerreaccionas, es posible que no consigas solucionar el problema o que lo empeores. Si le demuestras a tu hijo que le escuchas y que tienes en cuenta sus preferencias y sus necesidades, le resultará más fácil abrirse contigo.
- Ofrécele consejo si crees que puede ayudarle. Puedes compartir alguna experiencia personal para que se sienta menos solo o darle algún consejo práctico que te haya resultado útil en el pasado.
- Si tu hijo está siendo víctima de ciberacoso por parte de alguien del colegio, pregúntale su opinión antes de ponerte en contacto con el centro. Es posible que incluso prefiera decírselo a un profesor él mismo en lugar de que lo hagas tú para sentirse más empoderado o cómodo durante el proceso.
El ciberacoso y los hábitos digitales de tu hijo
Aunque puede que creas que lo mejor en esta situación es evitar que tu hijo esté expuesto a la tecnología, es posible que él considere que le estás castigando sin haber hecho nada malo, algo que puede empeorar aún más su estado anímico.
En lugar de prohibirle que se conecte a Internet, anímale a compartir más tiempo contigo o con sus amigos en el mundo real; de esta forma le ayudarás a valorar los momentos en los que desconecta de la tecnología y tendrá la oportunidad de descansar del mundo de las redes sociales. Organiza actividades familiares que os permitan pasar tiempo juntos o motívale para que realice actividades que sabes que le encantan.
Asimismo, hay otras formas en las que puedes ayudar a tu hijo a hacer un uso saludable de la tecnología:
- Anímale a jugar a juegos que no permitan el envío de mensajes directos o en los que los posibles ciberacosadores no puedan ponerse en contacto con él.
- Utilizad Internet juntos para buscar actividades divertidas, como nuevas recetas que podáis probar en familia, o artículos o vídeos nuevos que puedan ser de su interés y que os sirvan como punto de partida para vuestras conversaciones.
- Establece un horario para el uso de los dispositivos electrónicos. Si limitas el uso que hace tu hijo (e incluso toda la familia) de las redes sociales a unos horarios concretos, le ayudarás a desarrollar unos hábitos digitales más saludables que os permitan formaros unas expectativas realistas. Utiliza una herramienta de control parental para establecer los horarios que consideres más adecuados para tu familia.
- Enséñale a ignorar el contenido negativo, como los troles, los artículos de blog que le hagan sentir mal o las imágenes que puedan resultarle ofensivas. Comentar o reaccionar al contenido negativo aumenta las probabilidades de que lo vean otras personas; cuantos menos usuarios lo lean o lo reproduzcan, antes caerá en el olvido. Recuérdales que si algo ha hecho que se sintieran mal, pueden acudir a ti o a sus amigos.
Si te implicas en la vida digital de tu hijo y estás atento a los cambios que se producen en su comportamiento, podrás detectar si muestra alguno de los síntomas del ciberacoso y decidir si necesita ayuda. Lo importante en este sentido es que le ayudes a comprender que tiene derecho a disfrutar de una experiencia positiva y productiva en Internet que le permita sentirse bienvenido y tratado de forma imparcial, al igual que sucede en la vida real.